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JÓVENES POR EL SOCIALISMO - OAXACA

MSN y sus preguntas

MSN y sus preguntas


Es tal el interés de algunos medios electrónicos por dar participación a los lectores en sus contenidos que, cada vez más, sus páginas se llenan de preguntas, de inquietudes que el medio propone, supongo, para sentar jurisprudencia en la materia.

Ayer, sin ir más lejos, 17 de septiembre del 2008, día en el que la Bolsa proseguía su derrumbe, quebraba otro sólido banco, se atentaba contra el derecho boliviano, se prohibían partidos políticos en el Estado español donde también se enjuiciaba y encarcelaba a ciudadanos por el delito de ser solidarios, entre las tantas crónicas del día, el MSN sumaba hasta 13 preguntas, trece posibilidades que ofrecía a sus lectores para que rompieran su simple y consumidor anonimato y tomaran partido, para que votaran, para que decidieran y fueran algo más que meros espectadores..

Porque “tu opinión es importante” subrayaba MSN. Y no hay quien se atreva a dudarlo.

Estas fueron las 13 preguntas:

1-¿Es el perro más listo que el hombre?

2-¿Es la tortilla de patatas tu plato preferido?

3-¿Crees que Obama será presidente de los Estados Unidos?

4-¿Eres más de Obama o de Mc Cain?

5-¿Qué piensas de la actual temporada de la Fórmula 1?

6-¿Cuál es el mejor diseñador?

7-Los vestidos de Cibeles son ponibles? (Obviamente, los correctores no)

8-¿Cuál es la chica más explosiva?

9-¿Cómo afrontas la crisis de septiembre?

10-¿Cuál es tu programa favorito?

11-¿Qué serie te mueres por ver?

12-¿Qué es lo primero que se recorta en época de crisis?

13-¿Necesita el Real Madrid reforzar su plantilla?

Maná, desde la ignorancia o el interés.

Maná, desde la ignorancia o el interés.

Maná contra Hugo Chávez, o cómo vender más discos con menos esfuerzos. Por Luiggino Bracci/Caracas-Venezuela.

 



El conocido grupo de rock mexicano Maná emitió este 24 de julio su más reciente video, "Arde el cielo", que ha sido ampliamente aplaudido por la prensa de derecha por criticar a los presidentes George W. Bush y Hugo Chávez.

Pero el video, que incluye imágenes de guerras, conflictos armados y pueblos en lucha alrededor del mundo, hace un recuento de situaciones recientes en las cuales, según sus integrantes, no se ha respetado el derecho a la dignidad humana, "como en la guerra de Irak y en Venezuela", aseguraron en rueda de prensa este martes.

De Venezuela sólo se incluyen tres secuencias: Una donde un grupo de opositores reciben una bomba lacrimógena de parte de la Guardia Nacional, y otro donde se hace un primer plano a la bandera venezolana en medio de una manifestación. La tercera es la de Hugo Chávez junto a su entonces esposa, Marisabel Rodríguez, en un desfile. Al momento de cantarse la estrofa "Sale el halcón, sale el demonio", se colocan imágenes de George W. Bush (al momento de pronunciarse la palabra "halcón") y de Hugo Chávez (al momento de mencionarse la palabra "demonio"). También aparece Kim Jong-il, primer mandatario de Corea del Norte.

"Ellos representan parte de la falta de derechos humanos, una falta de respeto a la Humanidad", apuntó el martes el vocalista de la banda, Fher Olvera, en rueda de prensa quien opinó que hoy persisten "cantidad de dictadores que actualmente están haciendo masacres y nosotros lo que queremos hacer es conscientizar a la gente de que esto está pasando".

No se indican cuales "masacres" han sido realizadas por el gobierno del Presidente Hugo Chávez, que más bien ha sido elogiado por agencias internacionales por su riguroso cumplimiento a las Metas del Milenio, programa de la ONU para la erradicación de la pobreza en países en vías de desarrollo. La eliminación de la pobreza y la dotación de servicios de agua potable, alimentos, salud, disminución de la mortalidad infantil y demás servicios también forman parte de los derechos humanos, cosa que no mencionó Maná en su rueda de prensa.

La música de Maná es comercializada por la transnacional Time Warner / Warner Music, y el video fue realizado por la empresa Veneno Inc., también responsable de videos de Alejandro Sanz, Britney Spears, Ricky Martin y Paulina Rubio.

El video fue estrenado el aniversario del natalicio de Simón Bolívar, y la noticia es reflejada por cientos de periódicos, agencias y medios.

Omiten conflictos de fondo en sociedad mexicana

El video de Maná no hace mención a los conflictos mexicanos, excepto el asesinato de mujeres en Ciudad Juárez, que es mostrado fugazmente, y la represión a mexicanos indocumentados que fueron golpeados por alguaciles de Riverside, Estados Unidos, en 1996.

Tampoco muestra imágenes de personajes políticos de su país, a pesar de que, desde su posición, tendrían una notable influencia sobre los jóvenes si realmente hubiera un genuino interés de cambiar la sociedad. En vez de eso, pareciera asumirse una posición mucho más cómoda para concentrarse en aquellas causas nobles que todos comparten: decir no a la guerra y al racismo, atacar al desprestigiado George W. Bush, repudiar diferentes masacres, y entonces asociar a Hugo Chávez con todos estos hechos repudiables.

Sus críticas contra el Jefe de Estado venezolano se iniciaron el año pasado, cuando Chávez decidió no renovar la concesión del canal privado RCTV.

México ha pasado por diferentes conflictos desde la victoria de Felipe Calderón, del Partido de Acción Nacional (PAN) en las pasadas elecciones, que los factores de izquierda encabezados por Andrés Manuel López Obrador y el Partido de la Revolución Democrática (PRD), aseguran que se debieron a un fraude.

Ni una palabra sobre la privatización petrolera en México

Actualmente México vive una profunda coyuntura política, debido a que el partido gobernante intenta aprobar leyes que permitirían que la empresa petrolera estatal Pemex se abra a inversiones privadas, lo que el PRD denuncia como el inicio de la privatización de la industria.

Movimientos políticos y sociales marchan exigiendo que el gobierno eche para atrás su reforma energética, que el gobierno clama como necesarias para "modernizar" la industria. "Queremos frenar el intento del gobierno de traicionar al pueblo, al querer entregar la empresa a las transnacionales", señala un comunicado del PRD.

Ni una palabra sobre el oligopolio mediático mexicano

México también vive una crisis en torno al excesivo poder de los medios de comunicación. La "Ley Televisa", aprobada en 2006 y luego parcialmente anulada por la Corte Suprema mexicana, establecía el sistema de subastas como forma de obtener concesiones para frecuencias de radio y televisión, lo que en la práctica permitía que los dos grandes conglomerados mexicanos (TV Azteca y Televisa) se apoderaran de las concesiones.

Recientemente, la periodista Carmen Aristegui denunció que las dos principales televisoras del país, Televisa y TV Azteca, impusieron un veto al presidente del Senado de la República, Santiago Creel Miranda, del partido de gobierno, de una forma más que absurda: el legislador era desaparecido digitalmente de la cobertura informativa poniéndose borrosa su imagen, tal y como se haría para censurar un desnudo en televisión.

Aristegui hizo la denuncia en su espacio de opinión en CNN. El legislador formaba parte de una comisión donde defendía la criticadísima reforma energética que privatiza la industria petrolera, pero fue destituido por su propio partido debido a que, por la misma condición del veto mediático, "no podría defender la reforma adecuadamente". Ni siquiera el partido de gobierno se atrevió a contradecir el dictamen de las dos grandes televisoras, lo que demuestra quién tiene el poder realmente en México. Creel Miranda denuncia que hay un "duopolio" que tiene el control del país, y que su propio partido, el PAN, no puede defenderlo para no ser vetados.

México es afectada además por muchos otros conflictos: luego de años de vigencia de un tratado de libre comercio con Estados Unidos, la pobreza en el país está lejos de erradicarse. Cientos de mexicanos y centroamericanos intentan cruzar la frontera con Estados Unidos a diario en búsqueda de una vida mejor, noticia que los medios prefieren opacar para concentrarse más bien en los pocos balseros que tratan de llegar desde Cuba a Estados Unidos cada año, en un país que, a diferencia de México, está afectado por duras medidas económicas.

La posición de Maná es cómoda: lejos de llamar la atención a estos u otros fuertes conflictos que vive la sociedad mexicana, prefieren concentrarse en "los malos de moda". Maná seguramente tomó en cuenta que el rechazo que se sentirá en Venezuela por su posición política no afectará sus bolsillos, debido a que la copia ilegal de música es preponderante en el país, tato a nivel de buhoneros como a través de Internet.

El grupo musical, formado en los años ochenta, ha sido considerado por muchos un grupo de izquierda debido a sus actitudes ambientalistas y por el uso de símbolos como la silueta del Che Guevara y del Subcomandante Marcos en franelas e instrumentos musicales. Igualmente, se recuerda mucho su canción "Cuando los ángeles lloran", escrita en honor al sindicalista y ambientalista brasileño Chico Mendes, asesinado en 1988 por latifundistas locales. Lamentablemente, pareciera que todas estas luchas son una fachada que encubre a otro grupo comercial más, que nada tiene que envidiarle a Juanes, Shakira o Alejandro Sanz.

Por último, Fher Olvera expresó su deseo de reunirse próximamente con Barack Obama, el candidato por el Partido Demócrata a la presidencia de Estados Unidos, para hablar sobre temas de migración y violación de los derechos humanos. Afirmó que él es "un hombre con mucha sensibilidad que de ganar la presidencia de Estados Unidos, traería muchos beneficios a México".


¿ Què tal? Realmente queda demostrado que el precitado grupo no es màs que un producto comercial a la orden del mejor postor, definitivamente unos cachorritos del imperio yankee y sus sangrientas transnacionales, desconocen la realidad del pueblo venezolano, su revolucion y la importancia de su lider, el cual ha respetado los derechos humanos, sociales y defendido la soberania a toda costa.

Les queda grande hablar del Che GUevara y utilizar su imagen en sus conciertos. Es lamentable que gracias a la gran cantidad de recursos que invierten las disqueras en estos pseudo-idolos y la difusion que tienen por los medios privados de comunicaciòn contribuyan con la alienacion de los jovenes.

Aun asi, el mundo esta despertando y aunque traten de ocultar la verdad y digan mil mentiras, nadie callarà al pueblo venezolano y el comandante Chàvez quien es un lider digno, honesto, humanista y socialista.

Patria, socialismo o muerte. ¡Venceremos!

Desirèe

 

Tomado de: ska-p.com

Pàgina web del grupo musical de origen español llamado SKA-P.

Ensayo

Ensayo

REFORMA ENERGÉTICA:CONTRADICTORIA AL PROCESO DE DESARROLLO HISTORICO DE LA NACIÓN MEXICANA.

por Nael Ramírez Domínguez.

Militantes de Jóvenes Por el Socialismo - Oaxaca.

INTRODUCCIÓN.

 

Hablar del petróleo, es hablar de un recurso fundamental para el desarrollo de cualquier economía, en el caso de México el petróleo ha sido palanca del desarrollo en los años posteriores a su nacionalización y hasta antes de la llegada de un nuevo modelo económico denominado neoliberalismo, el cual sustenta la contradictoria política del libre mercado (es decir, estado mínimo) en la etapa del capitalismo monopolista, contradictoria por su practicidad anacrónica.

Ante tal importancia del petróleo, es imprescindible hablar de él bajo su administración actual la paraestatal PEMEX, el surgimiento de carácter antiimperialista de éste, así como del modelo económico adoptado que vino a debilitarlo y a ponerlo hoy día en la encrucijada histórica: inversión nacional-extranjera o exclusividad del Estado en lo referente; encrucijada que bajo las condiciones de nuestro país subdesarrollado pasa  a ser: desarrollo independiente o neocoloniaje.

Por la gran importancia del tema, es que comenzare con lo fundamental para el análisis de todo objeto social, político o económico, la historia.

 

1.-  LA EXPROPIACIÓN DE PEMEX.

 

1.1.- El carácter de la revolución de 1910.

 

La revolución de 1910, se da como todas las revoluciones, por la “necesidad imperiosa de transformar el régimen establecido, de resolver de manera progresista el profundo antagonismo entre las fuerzas que hacen posible la producción, y la forma injusta de distribuir el producto”[1].

El antagonismo que se dio en el seno del porfiriato fueron diversas, según las clases sociales que estaban inmiscuidas; pero para entender esas contradicciones, es necesario explicar las condiciones que imperaban en el contexto de 1910.

Hace noventa y ocho años vivían en México alrededor de 15 millones de compatriotas, la mayoría en condiciones dramáticas, la estructura económico-social de ese entonces era el latifundismo, que consistía en grandes haciendas, los cuales tenían bajo su dominio a pueblos enteros, con decirles que: “setenta mil de las comunidades habitadas en toda la república, cincuenta y cinco mil se hallaban bajo el dominio de hacendados”[2]. Con esta estructura económica, la concentración y centralización de la riqueza en pocas manos era incuestionable; el uno por ciento de la población era propietaria del 95 % del territorio nacional, a pesar de que el 96 % de la población se dedicaba a la agricultura. [3]

En las haciendas se mantenía el modo de producción feudal, los campesinos siervos se hallaban endeudados “eternamente” mediante la tienda de raya, tienda del señor hacendado, las condiciones de vida del campesinado era la pobreza extrema.

En cuanto al comercio, no había un mercado interno eficiente, los ferrocarriles propiedades de norteamericanos e ingleses estaba orientado a servir los intereses de mineros y latifundistas que exportaban la mayor parte de la producción en forma de materias primas, y no orientado hacia el desarrollo de la economía nacional.

Respecto a la industria de ese entonces es preciso mencionar que “la industria manufacturera constituía el 72. 5 %, mientras que el 27.5 % le correspondía a otras industrias varias, como la de tabaco, calzado, textiles, etc.”[4] Lo que caracterizaba a la industria en general era su carácter de país colonial, debido a que la mayor parte de la producción salía en bruto para ser beneficiada en el extranjero. Es necesario también mencionar que la mayor parte la industria primaria como la manufacturera pertenecían a capitales extranjeros, debido a que, de 1982 a 1907, la inversión de los capitales mexicanos fue de 591 millones de pesos en la economía nacional, contra 1317 millones de peso de capitales extranjeros, de los cuales 711 millones eran capital norteamericano. Así pues, tan solo “tres años antes de iniciarse la revolución de 1910 los intereses yanquis tenían el 50 % de la riqueza nacional”[5].

Ante esas condiciones de la economía nacional, “se creó un conflicto insalvable entre la población rural y el sistema de haciendas; entre los obreros y la mayoría de los patrones de mentalidad feudal; entre la burguesía industrial mexicana del tipo nuevo que empezaba a formarse y los hacendados, banqueros especuladores, las empresas extranjeras que hacían imposible el desarrollo de la economía nacional”[6] estos conflictos fueron causa de la rebelión del pueblo mexicano contra la dictadura porfiriana.

Pero ¿qué intereses representaban los impulsores del cambio progresista de la situación económica, social y política de México?, los intereses que representaban eran propias de su clase, los campesinos y los obreros se movilizaban los primeros por tierras y libertad, los segundos por mejores condiciones de vida y de salario, los escritores intelectuales como Flores Magón y Molina Enríquez pertenecientes a la pequeña burguesía, representaban las posiciones de avanzada en la reivindicación del pueblo y la nación, así mismo la burguesía terrateniente moderna, opuesta a las relaciones feudales de producción combatía el régimen de Díaz, el claro ejemplo es Francisco I. Madero, miembro de una familia terrateniente e industrial en el norte, así mismo la burguesía industrial nacional se oponía a la entrega de los mejores recursos naturales a capitales extranjeros. Estas dos últimos grupos de una misma clase se oponían al régimen, pero sin romper absolutamente con los lazos que tenían en el círculo gobernante.

Es pues, por las condiciones de ese entonces y los intereses de clases que participaron en la rebelión contra la dictadura pro-imperialista de Díaz, que la revolución de 1910 tuvo un carácter democrático, antifeudal y antiimperialista, el carácter antiimperialista es propio de revoluciones de países coloniales subyugados por el imperialismo.

 

1.2  La expropiación petrolera.

 

Como resultado de la revolución de 1910 y su carácter democrático, antifeudal y antiimperialista se llego a formular una nueva constitución, la que retomó todo los anhelos de los grupos y clases que participaron en la revolución, claramente expuestos en los artículos 3, 27 y 123 constitucional.

La constitución de 1917 era para su tiempo una de las constituciones más avanzadas en cuanto a su contenido de seguridad social y derechos laborales, pero también por su contenido ajeno al liberalismo clásico, el  cual tiene a la propiedad privada como “derecho natural”, en el caso de nuestra constitución, el Estado es propietario de las tierras y aguas, los recursos naturales, minerales, etc., y es éste el que “tiene el derecho de trasmitir su dominio a los particulares, constituyendo así la propiedad privada”[7], es ese el carácter superior de nuestra constitución respecto a otras constituciones liberales.

El carácter de la república mexicana tomara un rumbo distinto al de las naciones europeas en ese entonces desarrollándose hacia el imperialismo, en México y como resultado de la revolución de 1910, así como de sus condiciones materiales, se adoptará una forma de política económica propia de los países subdesarrollados, y que responda a la necesidad de un desarrollo independiente, tal política es conocida como el nacionalismo revolucionario, que es: “una vía capitalista de desarrollo, pero no idéntica al capitalismo clásico,… que abre a los países del capitalismo periférico  la posibilidad de desenvolver sus fuerzas productivas con independencia y progreso social[8].

El nacionalismo revolucionario, es el resultado de luchas previas por la independencia económica de la nación, ésta política económica es la que da sustento jurídico e ideológico a la expropiación petrolera, el cual es preparada y organizada por Vicente Lombardo Toledano, secretario general de la CTM y  que dirigió el Sindicato de Trabajadores Petroleros para la obtención de un solo contrato de trabajo para toda la industria petrolera, la cual estaban en manos de compañías norteamericanas e inglesas; ante la desobediencia de estas empresas extranjeras a sujetarse a la legislación mexicana, Lombardo Toledano conduce la lucha hacia una posible huelga de trabajadores de la industria petrolera y con ella a un paro productivo de dicha área, ante ello es que se da la decisión patriótica del presidente Lázaro Cárdenas de expropiar y nacionalizar la industria petrolera en 1938.

Es en 1940 cuando se enriquece el contenido del artículo 27 constitucional, al incorporarse el párrafo sexto, el cual dispone que tratándose del petróleo y de carburos, será exclusividad de la nación la explotación de esos recursos.[9]

La expropiación petrolera, es pues, el resultado de una política económica surgida de los anhelos por los que se luchó en la revolución de 1910, el nacionalismo revolucionario es el resultado de las luchas antiimperialistas de inicios del siglo XX, luchas que tenían como objetivo la plena independencia de nuestra nación respecto del exterior, tanto en lo económico como en lo político, para así tener una plena soberanía nacional.

La expropiación y nacionalización petrolera es el punto álgido de despliegue de una política económica antiimperialista y a su vez, comienzo de una etapa de desarrollo independiente de nuestra economía, aun teniendo sus errores y en ocasiones retrocesos.

 

 

2. EL NEOLIBERALISMO

2.1 El cambio de modelo económico.

 

El nacionalismo revolucionario estuvo predominando en nuestra economía hasta antes de los ochenta, con sus errores, sus tropiezos y en ocasiones sus retrocesos, aún así se disponía al desarrollo de manera independiente de nuestro país.

Con la crisis de la deuda externa de nuestro país de finales de los setentas, se pide apoyo financiero al Fondo Monetario Internacional (FMI) y al Banco Mundial (BM), organismos internacionales que sirven como tentáculos del imperialismo norteamericano y europeo para imponer su visión del mundo y subyugar a los países subdesarrollados.

El FMI y el BM dan créditos para contrarrestar los déficits públicos de gobiernos, en el caso nuestro, del gobierno mexicano. Otorgan los préstamos pero con condiciones de “reformas estructurales” que causen beneficios a las empresas transnacionales europeas y principalmente estadounidenses, estas reformas estructurales son: la eliminación de aranceles, la formación de un estado mínimo, es decir, que el Estado no sea propietario de empresas, la venta de las empresas por parte de los Estados a la iniciativa privada, la “flexibilización laboral” que no es más que arrebatarle derechos a los trabajadores para beneficios de las arcas de las empresas extranjeras, etc.

Estas condiciones que pide el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, esas “reformas estructurales” no es más que principios del modelo económico neoliberal, de acuerdo con la Mtra. Efigenia Martínez, “el neoliberalismo retoma las viejas ideas de dejar hacer, dejar pasar; de la mano invisible del mercado del siglo pasado, nos habla del libre comercio, libre movimiento de capital, libre convertibilidad de las monedas, reducción de la participación del Estado  en la economía y su confinamiento a un área social y de los topes[10].

Como vemos, los postulados y principios del neoliberalismo son los propios que proponía el liberalismo en el siglo XIX, pero en aquel siglo era una etapa pre-monopolista, es decir no existían monopolios empresariales, y se necesitaba el “libre mercado”, el “libre comercio” para crear la riqueza material que declarara obsoleta al feudalismo. Pero en nuestras condiciones actuales, en la etapa del imperialismo, fase superior del capitalismo como manifestara Lenin, es ingenuo pensar en el “libre mercado”, en el “libre comercio” debido a que los monopolios existentes son los que controlan los mercados y son los que imponen sus reglas consensuada-mente, violentamente o como sea, el capital no conoce formas sino fines.

En México este modelo económico neoliberal asaltó el poder con la administración de Miguel de la Madrid, el cual siguió sus designios al privatizar alrededor de 700 empresas paraestatales, así como su sucesor Carlos Salinas De Gortari que privatizó alrededor de 400 empresas paraestatales, Ernesto Zedillo Ponce de León que privatizó los Ferrocarriles, Vicente Fox Quesada que logro “reformas” y “aperturas”, y el actual presidente Felipe Calderón que desea privatizar a PEMEX, mediante estos personajes, el grupo y partido político que los postula y que están detrás de ellos es que se mantiene el modelo económico neoliberal.

 

 

2.2  Neoliberalismo y PEMEX.

 

Como hemos visto, el neoliberalismo postula la mínima intervención del Estado en las cuestiones económicas, al ser adoptada esa política económica en México por el gobierno de Miguel de la Madrid, se busca debilitar lo más que se pueda a las empresas paraestatales, para con esto dar sustento al viejo discurso de que el Estado es un mal administrador y con ello, privatizar todos sus bienes, esta intención neoliberal es adoptada para debilitar a PEMEX.

 

Hace más de un cuarto de siglo, Pemex era una empresa exitosa, cuyo crecimiento en productos superaba el 10 % anual. Tenía siete refinerías (Cadereyta, Salamanca, Tula, Minatitlán, Salina Cruz, Madero y Azcapotzalco), hace ya  27 años que no se construye una sola refinería en México, desde 1982 no se incrementa la refinación, y la petroquímica ha disminuido un 80%. En amoniaco teníamos el complejo más grande del mundo: 5 millones de toneladas por año, hoy fabricamos solamente el 10%. Estos datos dan muestra de la viabilidad de PEMEX  como empresa paraestatal en los inicios de la década de los ochenta.[11]

 

En la actualidad, y debido al debilitamiento que impusieron a PEMEX todos los gobiernos neoliberales de Miguel de la Madrid hasta Vicente Fox, es que la empresa se ha debilitado, pero aún así sus rentas son vitales para el funcionamiento financiero del Estado mexicano.

 

 

2.3 PEMEX hoy.

 

 

En la actualidad sería un error afirmar que PEMEX pasa por un buen estado financiero y tecnológico, pero esto no da pie al fatalismo del discurso neoliberal para justificar su privatización.

 

PEMEX hoy tiene una debilidad, pero recordemos, esta debilidad financiera y tecnológica fue producida por la intencionalidad de los gobiernos neoliberales para dar pauta a la privatización.

 

En cuanto deuda, se ha observado un crecimiento anual compuesto de 11 por ciento en diez años de 1995 a 2004, al pasar de 165 miles de millones de pesos en 1995 a 419 miles de millones de pesos en 2004, sin considerar el pasivo laboral, lo que convierte a Pemex en la empresa petrolera más endeudada del mundo. [12]

 

En cuanto a carga fiscal, PEMEX aporta el 42 % de sus recursos al fisco, por ejemplo, en 2007 los ingresos de PEMEX fueron  de 100 mil millones de dólares, y representaron 12.5 % del PIB; de ese monto la paraestatal gastó 40 mil millones de dólares: 11 mil  en operación; una cantidad igual en gastos de inversión para amortizar obras y pagar intereses sobre créditos recibidos; y 18 mil en importación de gasolinas. Los 60 mil millones de dólares restantes se transfirieron al gobierno federal para cubrir gasto social y nómina de la burocracia.[13] El régimen fiscal actual es una de los más altos en el mundo, esto claramente desangra a PEMEX  y no le deja recursos suficientes para reinvertirse.

 

Ahora en cuanto funcionamiento, PEMEX tiene seis refinerías, la refinería de Azcapotzalco fue cerrada en 1991. En cuanto a la producción de las restantes, de diciembre de 2002 a igual mes de 2007, la elaboración de petrolíferos en las refinerías  se incremento un escalofriante 1 %, mientras la importación de esos productos creció, en igual periodo un 135 %. En ese mismo lapso de tiempo, la importación de gasolina del extranjero se incrementó un 263 % y la de Diesel un 201%. “En números cerrados, de las ganancias petroleras acumuladas del 2002 al 2007 se han destinado 50 mil millones de dólares para importar productos petrolíferos, monto más que suficiente para haber podido construir cuando menos siete refinerías a lo largo y ancho de la república mexicana”, esto en las propias palabras del economista Carlos Fernández Vega.[14]

 

Ahora, en cuanto a los costos de operación de PEMEX  con respecto a sus ventas es de menos de 10%, la empresa transnacional Shell, que es la que le sigue tiene un costo de operación respecto de sus ventas de 45 %, esto nos quiere decir que PEMEX  es una empresa rentable, debido a que le cuesta alrededor de cuatro dólares la producción de un barril de petróleo, mientras que la venta de ese barril en el marcado oscila hoy día en 110 dólares.

 

En general podemos decir que: “PEMEX ocupa el sexto lugar en producción de petróleo, el séptimo por la cuantía de sus reservas y el noveno por su capacidad de refinación”[15], ante esto y lo anterior explicitado podemos decir que PEMEX es una empresa fructífera, redituable para el Estado mexicano, competitiva y viable por si misma, solo falta que se deje de desangrar y debilitar por parte de los neoliberales, los cuales buscan “justificar” su privatización y su entrega al capital transnacional.

 

 

 

3.- CONCLUSIONES.

 

Podemos concluir que la revolución de 1910 fue una revolución causada por la agudización de las contradicciones de clase, y la agudización de la contradicción entre los intereses del pueblo mexicano en general y los intereses del imperialismo, sobre todo norteamericano, contradicción entre tener una patria libre e independiente de parte de los mexicanos, y tener una neocolonia con grandes riquezas naturales, esto de parte de los imperialistas y sus servidores, la oligarquía porfirista.

Tales contradicciones vinieron a superarse por medio de la revolución de 1910, el cual tuvo un carácter determinantemente antiimperialista, esto debido a la situación de colonialismo en el que estaba nuestra patria.

Por el carácter antiimperialista de la revolución se define la política económica a seguir en las postrimerías, esa política llega a ser el nacionalismo revolucionario, en el cual confluyen ideas de diversa índole, pero en general determinadas a construir y desarrollar una economía independiente del capital extranjero, y es en su punto álgido de esta política económica que se da la expropiación y nacionalización de la industria petrolera.

La política económica surgida de la revolución de 1910 es abandonada y erradicada del ámbito público a la llegada de nuevos “líderes” instruidos en las escuelas norteamericanas, los llamados tecnócratas neoliberales, los cuales vienen a realizar en nuestro país todas las recomendaciones y dictados de Washington en cuanto a economía.

Y es a la llegada de éste modelo económico neoliberal, ajeno al proceso de desarrollo histórico propio de nuestra nación, que se vienen a privatizar todos los bienes estatales, para después ser adquiridas por capitales extranjeros, es decir, volver a las condiciones de neocoloniaje en que estaba nuestra patria bajo la dictadura de Porfirio Díaz.  Volver al pasado, ese pasado de sojuzgamiento, de perdida de soberanía, de despojo y violación de nuestros derechos.

“La reforma energética” llamado por sus defensores, “la privatización de PEMEX” llamado por sus críticos conscientes no es más que lo ya expuesto, la intención de apoderarse del recurso que nos ayudo a desarrollarnos como país a mediados del siglo pasado, apoderarse  del principal ingreso de divisas de nuestro país, apoderarse de nuestro destino como nación, apoderarse de todo lo que sostiene nuestra patria.  

Se podrá argumentar que lo que se busca no es privatizar, sino solamente sacar a PEMEX de su situación financiera y tecnológica con la ayuda del capital privado, lo mismo se nos dijo con la reforma eléctrica en el periodo de Zedillo, y hoy día las empresas privadas generan alrededor del 30 % de la energía eléctrica que consume el país, ¿acaso no es privatizar eso?, para que se privatice PEMEX no es necesario que en vez de PEMEX aparezca SHELL o EXXON en los letreros de las gasolineras o refinerías, para privatizar falta solo que se inmiscuyan gradualmente en los procesos productivos propios de PEMEX.

En este último cuarto de siglo nos han privatizado y siguen amenazándonos las privatizaciones, ya privatizaron Altos Hornos de México, El Ferrocarril, los Bancos, Telmex, intentan ahora privatizar PEMEX, después han de querer privatizar CFE, IMSS, etc.

Como nación subdesarrollada pasamos por momentos en que países imperialistas nos neocolonializan, con sus capitales y empresas. Así mismo, vemos que cada día estamos más diezmados en cuanto a recursos naturales y económicos. Vemos con preocupación cómo volvemos cada día a ser lo que fuimos durante el porfiriato, a ser colonia.

Pero al igual que bajo el porfiriato las condiciones de pobreza, desigualdad, de concentración y centralización de la riqueza un muy pocas manos, están formando la agudización de contradicciones entre los que desean una patria libre de imperialismo y el imperialismo que cada día desea privatizar todo. Se están agudizando los intereses encontrados, y como toda contradicción exacerbada tiende a superarse, necesariamente se superara de manera progresista estas contradicciones, la cuestión es ir creando las fuerzas necesarias para la superación progresista de tal contradicción, las fuerzas que restituyan la independencia económica y por tanto política de nuestra nación respecto del exterior, las fuerzas que garanticen la plena soberanía de nuestro pueblo, fuerzas progresistas que construyan o impulsen a la construcción  de una política petrolera, energética que garantice la viabilidad de PEMEX y la viabilidad de desarrollo independiente de nuestra nación, con justicia social y democracia real.

Pero tal construcción de una viabilidad económica  referente a PEMEX y nuestra nación, en la actualidad hegemónicamente neoliberal, no puede ser la búsqueda  de la política económica del nacionalismo revolucionario, debido a la imposibilidad de cambios graduados  cuasipasivos bajo el “fascismo del capital monopolista”[16], sino la construcción de un nuevo régimen político económico que rompa las relaciones de subordinación con el imperialismo y que construya progresivamente la socialización de los medios de producción y de los recursos naturales en manos de un nuevo Estado  que responda a los intereses de la mayoría de la población.

Para que PEMEX no se vea desmembrada y debilitada, el nuevo Estado debe tenerla como apoyo a la economía más no como una caja chica del cual se saque los recursos que el Estado no pueda sacar de otras fuentes, como pasa en la actualidad. PEMEX en el nuevo Estado debe ser  primordial en la estructura  política económica nacional, en el sentido de que se encarga de un recurso necesario y sobre todo no renovable, carácter doble del petróleo que lo hace apetitoso a las ambiciones monopólicas imperialistas que dominan hoy el orbe.

A grosso modo PEMEX tiene viabilidad pero no bajo el régimen económico neoliberal, ni con una política económica no decidida a barrer el senil sistema capitalista, sino tendrá viabilidad solo con la instauración de un régimen económico que trate a los recursos naturales, físicos y sociales no como una mera abstracción mercantilista, sino como factores, elementos complementarios para el desarrollo histórico de la humanidad en su camino hacia la justicia social y el bienestar material. El debate sobre la reforma energética no debería basarse en la situación actual de PEMEX  de la que se ha hablado mucho, sino de los modelos económicos que puedan revitalizarla y en base a la profundización de tal debate, hablar hasta de sistemas económicos que beneficien no solo a PEMEX, ni  México, sino a la humanidad entera.



[1] Lombardo Toledano, Vicente. Carta a la juventud sobre la revolución mexicana, su origen, desarrollo y perspec-tivas. México. Ediciones de la Juventud Popular Socialista, 1960 P. 7

 [2] Idem.

[3] Idem.

[4] Ibidem. P. 9

[5] idem

[6] Ibídem. P. 11

[7] Art. 27 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

[8] Amezcua Dromundo, Cuauhtemoc. “México en los umbrales del siglo XXI” Edit. El Caballito. México, 2000.  P.147.

[9] Campos Vega, Juan. “El artículo 27 constitucional: propiedad originaria y recursos energéticos”. En Revista: Nueva Democracia. No. 13. Segundo trimestre de 2005.

[10] Mtra. Efigenia Martínez.  El neoliberalismo, atentado contra la soberanía y el bienestar popular, en el libro “Soberanía y unidad de los pueblos latinoamericanos y caribeños” Ediciones de la Sociedad Mexicana de Estudios Legislativos. A. C.  México, 2000. P.60.

[11]  la privatización inconstitucional de PEMEX” por Frente de Trabajadores de la Energía.   www.fte.energía.org ;

Ni una refinería en 27 años” por Carlos Fernández Vega. La Jornada 14 de febrero de 2008.

 

[12] solución para PEMEX” Por Juan José Suarez Coppel. En http://ejecutivosdefinanzas.org.mx

[13]veinticinco años tras la privatización de PEMEX” por Carlos Fernández Vega. La jornada 13 de febrero de 2008.

[14]Ni una refinería en 27 años” por Carlos Fernández Vega. La Jornada 14 de febrero de 2008.

[15]Los neoliberales secaron a PEMEX” por Carlos Fernández Vega. La jornada 05 de febrero de 2008.

[16] Valdés Vivó, Raul. “reflexiones sobre el neolIiberalismo con  peligro de fascismo” Editora Política. 2003.

Popular barrio de Caracas, sede de televisora comunitaria

Popular barrio de Caracas, sede de televisora comunitaria

 

La Bombilla está cerca del cielo, pero algunas noches parece estarlo más del infierno. Peligroso, pero estratégicamente situado, este alto cerro de la populosa barriada de Petare, en el este de Caracas, es sede de la televisión comunitaria que será vista por un millón de personas.

“La televisión venezolana ha estado dominada por la derecha y grupos económicos, e inundada de antivalores. El presentador de noticias es blanco y el ladrón es negro. No es la Venezuela que nosotros conocemos”, explica Charles Méndez, antropólogo, y uno de los fundadores de TV Petare.

Conocido por ser un foco de tráfico de drogas, de violencia y pobreza, Petare, donde viven más de 500 mil personas, esconde “algo más que malas noticias”, según las decenas de vecinos que trabajan desde hace seis años para sacar adelante esta televisión, una de las tres cadenas comunitarias existentes en Caracas.

“TV Petare por una comunicación libre y plural”, se lee en el cartel que da la bienvenida a la precaria sede de la cadena, en un local reconstruido por voluntarios.

Desde finales de abril, la cadena emite una señal de prueba y difunde programación propia los fines de semana. El objetivo es llegar a cinco horas diarias de transmisión en pocas semanas: desde emisiones musicales hasta espacios dedicados a las necesidades del barrio.

“TV Petare nos hace sentir importantes. Vemos que nos pertenece y la gente se involucra”, señala Reina Tovar, que a sus más de 50 años debutará con un programa de asistencia social.

Políticos, pero no politiqueros

Un sencillo estudio, con varios ordenadores de segunda mano y un dispositivo técnico enviado por el gobierno, compone la sede de la cadena. Visto desde el tejado, Petare se extiende como una desordenada masa de ladrillos rojos que avanza amenazante hacia las zonas más acomodadas de Caracas.

Según sus fundadores, la idea de TV Petare comenzó a incubarse tras el golpe de Estado contra el presidente Hugo Chávez, en abril de 2002, al ver el “vacío de información” y el “cerco mediático que ejercía la televisión comercial”.

“Los periodistas que trabajen aquí deben ser personas comprometidas con su país y con el proceso de cambio. Somos un proyecto político, pero no politiquero. Aquí se podrá criticar a nuestros dirigentes, pero siempre dentro de la ley”, asegura Méndez.

“Como la antena está en lo más alto del cerro, la señal llegará a media Caracas, pero eso nos obliga a usarla bien, porque habrá muchos que quieran aprovecharse de la cadena”, advierte Tovar.

Los fundadores de la televisión, que no cobran ningún salario, han recibido cursos y donaciones de instituciones públicas y realizan talleres para formar futuros periodistas.

 

Tomado de: www.jornada.unam.mx

Alimentos: silencioso asesinato en masa en países en desarrollo

Alimentos: silencioso asesinato en masa en países en desarrollo

 Por Luis Hernández Navarro

 

 Comenzó en México como la guerra de la tortilla en enero de 2007. Se siguió a Italia como la huelga del espagueti nueve meses más tarde. Después se convirtió en alud imparable. Las protestas contra el alza en el precio de los alimentos se sucedieron en Haití, Mauritania, Yemen, Filipinas, Egipto, Bangladesh, Indonesia, Marruecos, Guinea, Mozambique, Senegal, Camerún y Burkina Faso.

En el mundo de hoy hay más hambre de la que había. La desesperación y la rabia ante el hecho de no tener un bocado que llevarse a la boca han provocado saqueos y robo de cereales en campos, bodegas y tiendas; también caos, pillaje e incendios. Muchos gobiernos han respondido con detenciones arbitrarias, asesinatos y torturas. En Pakistán y Tailandia los ejércitos patrullan las calles.

En Haití, las manifestaciones dejaron saldo de varios muertos y decenas de heridos. Para paliar el descontento, el haitiano René Preval anunció un programa de subvención para la producción local de arroz, leche y huevos.

En Marruecos, ciudadanos furiosos han formado los tansikiyate para luchar contra el alza de precios de productos de primera necesidad. El pan subió de golpe 25 por ciento en septiembre de 2007, y se produjeron graves incidentes en la ciudad de Sefrú.

En Egipto, el descontento actual remite a épocas pasadas. El clérigo Sheik Yusef al Bradi, de la Universidad de Al Azar, recordó las similitudes con la famosa “revuelta del pan” en 1977, cuando el gobierno intentó recortar las subvenciones a los alimentos y se produjeron grandes disturbios. Por lo menos tres personas murieron en el delta del Nilo.

En febrero de 2008 se suscitaron graves conflictos en Camerún. La policía reprimió salvajemente a los inconformes. El presidente Paul Biya, quien gobierna desde 1982, reconoció 40 muertos; los inconformes afirman que fueron más de 100.

Se trata de un hecho global. Usualmente la escasez generalizada de alimentos se ha producido en países y regiones localizadas, ante desastres naturales, plagas o guerras. Pero ahora sucede de manera simultánea en multitud de naciones y varios continentes.

El aumento –por ejemplo– a los precios del trigo tiene impacto real, pero limitado, para los consumidores europeos. En el viejo continente el pan supone apenas 1.8 por ciento del costo de la canasta básica. Pero en países con poblaciones pobres, como India, China y Egipto, que han hecho grandes esfuerzos por combatir la desnutrición, ha tenido efectos severos.

La situación es dramática. Cada cinco segundos se produce en el mundo una muerte de un menor de 10 años por hambre, y la situación va a agravarse. Hay cerca de 850 millones de seres humanos que no tienen que comer. El Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas estima que, a partir de la actual crisis, hay 100 millones de personas hambrientas más. De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, por sus siglas en inglés), en 37 países se ha desatado una crisis alimentaria. En 2008, los naciones más pobres pagarán 65 por ciento más por sus importaciones de cereales; en algunos países africanos el incremento será de 74 por ciento.

Jean Ziegler, relator especial de la ONU sobre el derecho a los alimentos, sostiene que es como si detrás de cada víctima por la hambruna hubiese un asesinato. “Esto es un asesinato en masa silencioso.”

La ley de San Garabato (vender caro, comprar barato)

La producción de alimentos se ha modificado notablemente en el último año y medio. Las piezas del sistema agroalimentario mundial se han trastocado. Hasta ahora la agricultura se había caracterizado por una caída sostenida en los precios reales, acompañada por incrementos temporales en los precios de algunos productos, cultivos excedentes, agresivas políticas de apoyo a los precios y protección comercial. Esta disminución en los precios ocurrió a pesar del aumento en los costos de fertilizantes y energéticos.

Esa tendencia cambió ya radicalmente. El nivel de reservas de granos y oleaginosas, de acuerdo con los estándares históricos, se ha reducido dramáticamente. Sus precios se han incrementado hasta llegar a las nubes.

Hoy, el arroz cuesta en Asia tres veces más de lo que valía hace apenas tres meses. En la bolsa de Chicago el precio de un bushel (25.401 kilogramos) de maíz alcanzó 6.37 dólares, precio nunca antes visto. El trigo elevó su valor 130 por ciento en un año.

Esta escalada inflacionaria abarca muchos otros productos agropecuarios. En México el litro de aceite subió de 6.73 pesos en enero de 2006 a 36.50 en abril de 2008, mientras el pan de caja pasó de 13.21 pesos en enero de 2006 a 24 en abril de este año. En casi todo el mundo han aumentado lácteos, carnes, huevo, vegetales y frutas.

Irónicamente, durante 2007 la producción mundial de granos aumentó 4 por ciento en relación con 2006. La cosecha fue de 2 mil 300 millones de toneladas. Esto es un volumen tres veces mayor al obtenido en 1961. Sin embargo, durante ese mismo lapso la población humana se duplicó.

El problema del hambre en el mundo no es, entonces, falta de comida, sino que millones de seres humanos no pueden comprarla. En contra de lo que señalan las leyes del mercado, que dicen que si la producción aumenta los precios bajan, el costo de los alimentos ha subido.

Parte de la adversidad proviene de la creciente concentración monopólica de la industria agroalimentaria mundial. El hambre de muchos es la bonanza de pocos. En momentos de adversidad como la actual, un puñado de empresas han visto crecer sus ganancias de manera desorbitada.

Es el caso de las compañías dedicadas a la fabricación de fertilizantes. Durante 2007, Potato Corp incrementó sus beneficios 72 por ciento respecto de 2006. Yara tuvo 44 por ciento más utilidades. Las ganancias de Sinochem crecieron 95 por ciento, y las de Mosaic 141 por ciento.

También las grandes comercializadoras de granos. Durante los tres primeros meses de 2008, Cargill obtuvo beneficios 86 por ciento mayores que durante el mismo periodo del año anterior. En 2007, ADM tuvo ganacias 67 por ciento superiores a las de 2006; Conagra, 30 por ciento; Bunge, 49 por ciento, y Noble Group, 92 por ciento.

Igual suerte tienen las multinacionales procesadoras de alimentos, como Nestlé y Unilever, y las firmas dedicadas a producir semillas y agroquímicos, como Dupont, Monsanto y Sygenta. (Véase, “El negocio de matar de hambre”, Grain, abril de 2008).

Los granos de la mazorca

¿Por qué, entonces, si el volumen de la cosecha de granos en 2007 logró récord mundial, los precios de los alimentos se han elevado?

Básicamente, por la confluencia de cinco factores en el marco de la crisis general de un modelo de producción agropecuario. Éstos son: utilización de granos básicos para elaborar agrocombustibles; incremento en el precio de los insumos; efectos del calentamiento global en la agricultura; cambios en el patrón de consumo alimentario, y la especulación en la bolsa de valores. Todo ellos como parte de la crisis del modelo de la agricultura industrial en grandes predios, altamente dependiente del petróleo, basada en la lógica de las ventajas comparativas y el libre comercio, dominante hoy día.

En sincronía con el aumento del precio del petróleo en el mundo, se ha intensificado la elaboración de agrocombustibles. Más que por el impulso del mercado, su fabricación ha crecido por el apoyo de cuantiosos subsidios y políticas públicas destinadas a su fomento. La Unión Europea acordó como obligación para 2010 que 5.75 por ciento del transporte se base en bioetanol y biodiesel. En Estados Unidos, la legislación prevé que en 2012 se usarán 27 mil millones de litros de agrocombustibles. George W. Bush propuso como meta elaborar 133 millones de litros en 2017. Para ello se ha establecido un ambicioso programa de incentivos económicos a los productores.

El crecimiento de la demanda mundial de agrocombustibles ha reducido la producción de granos, reconvertido los cultivos en amplias superficies agrícolas y disparado los precios. La población mundial consume directamente menos de la mitad de los granos que se cosechan. El resto sirve para alimentar vacas y vehículos motorizados.

El incremento en el precio del petróleo ha subido los costos de producción agrícola. El modelo preponderante es adicto al oro negro. No puede sembrar sin él. Los fertilizantes y parte de los agroquímicos utilizados en las cosechas son hechos con petróleo. La maquinaria y los vehículos para sembrar, cosechar, procesar, almacenar y transportar necesitan combustibles y aceites provenientes de refinados del petróleo. Parte de la energía eléctrica requerida para extraer agua y regar los sembradíos se genera con derivados del petróleo. Los plásticos que cubren invernaderos y las mangueras para regar los campos son fabricados con materias primas provenientes del petróleo. Los materiales para envasar y el trasporte hacia los mercados requieren derivados del petróleo. Y todos ellos cuestan más ahora. Plásticos como el polipropileno valen hasta 70 por ciento más que en 2003.

El modelo agrícola industrial preponderante es parcialmente causante del cambio climático. Ahora, esa transformación ha dislocado la agricultura mundial. La tradicional incertidumbre del sector es mucho mayor. El uso excesivo de fertilizantes, la degradación de suelos, la reconversión de terrenos antes forestales y la ganadería han convertido la agricultura en uno de los mayores productores de gases de efecto invernadero. Según el informe Stern, la suma de producción agrícola, cambio de uso del suelo, producción y comercialización de insumos y fabricación de equipos e implementos agropecuarios, son responsables de 41 por ciento del total de gas carbónico que se emite en el mundo.

El clima ha enloquecido y arrastrado la vida rural. La sequía en Australia devastó las siembras de trigo, y las exportaciones cayeron más de 20 por ciento. Canadá, segundo productor mundial después de Estados Unidos, va a tener la producción más pequeña en cinco años. En Kansas se sufrieron nevadas. En China, el calentamiento global acortará el periodo de crecimiento de los cereales y las semillas no tendrán tiempo de madurar. Además, las recientes inundaciones destruyeron 5.5 millones de hectáreas de trigo y colza. Sequías y lluvias amenazan con derrumbar las cosechas por doquier.

El crecimiento económico en países como India y China ha modificado la pauta de consumo alimentario de millones de personas. Hoy comen más, mejor y otro tipo de productos. Por ejemplo, el consumo de carne de vacuno ha aumentado. Pero para producir un kilo de carne de res en pie se necesitan ocho kilos de cereales. Un kilo de carne comestible requiere el doble de cereales. Así, detrás de los millones de hamburguesas que se consumen en el mundo hay más y más sembradíos de granos y oleaginosas para engordar vacas.

El mercado agrícola ha entrado en la órbita financiera. La comida forma parte del casino de la especulación financiera. Ante la crisis de las hipotecas, la debilidad del dólar y la recesión en Estados Unidos, los fondos de inversión se han trasladado al lucrativo negocio del hambre. La comida se ha convertido –mucho más de lo que ya era– en bien para especular. Durante 2007, dichos fondos invirtieron 175 mil millones de dólares en el mercado de futuros (contratos que obligan a comprar o vender una mercancía a un precio y un plazo determinados). Actualmente dominan 40 por ciento de los contratos en la bolsa de valores de Chicago, proporción sin precedente. La compra de soya en ese terreno pasó de 10 millones de toneladas en marzo de 2007 a 21 millones el mismo mes de este año.

Un modelo en crisis

La producción de alimentos es un arma clave y poderosa que Estados Unidos ha aceitado desde hace décadas. Guerra, alimentos y derechos de propiedad intelectual están estrechamente vinculados con la estrategia económica de la Casa Blanca desde los años 70. Desarrollo de la industria militar, producción masiva de granos y patentes han sido pilares de la hegemonía estadunidense en la economía mundial.

La comida es un instrumento de presión imperial. John Block, secretario de Agricultura entre 1981 y 1985, afirmó: “El esfuerzo de algunos países en vías de desarrollo por volverse autosuficientes en la producción de alimentos debe ser un recuerdo de épocas pasadas. Éstos podrían ahorrar dinero importando alimentos de Estados Unidos”.

Los productos agrícolas made in USA son una de las principales mercancías de exportación de ese país. Con su mercado interno saturado está empujando, agresivamente, para abrir las fronteras a sus alimentos. Una de cada tres hectáreas se destina a cultivar productos agropecuarios para exportación. Una cuarta parte del comercio rural la realiza con otros países. Si hasta antes de 1973 los ingresos por las ventas de este sector al exterior fluctuaban alrededor de 10 mil millones de dólares cada año, a partir de entonces aumentan en un promedio anual de 60 mil millones. El éxito se basó, en mucho, en la combinación de apoyos gubernamentales a la producción y al producto, para derrumbar los precios por debajo de los costos de producción, así como en abundantes subsidios a la exportación.

El presidente George W. Bush lo ratificó al firmar la Ley de Seguridad para las Granjas e Inversión Rural de 2002. “Los estadunidenses –dijo– no pueden comer todo lo que los agricultores y rancheros del país producen. Por ello tiene sentido exportar más alimentos. Hoy, 25 por ciento de los ingresos agrícolas estadunidenses provienen de exportaciones, lo cual significa que el acceso a los mercados exteriores es crucial para la sobrevivencia de nuestros agricultores y rancheros. Permítanme ponerlo tan sencillo como puedo: nosotros queremos vender nuestro ganado, maíz y frijoles a la gente en el mundo que necesita comer.”

Sistemáticamente, los organismos financieros multilaterales han promovido la destrucción de la producción agrícola local y la importación de alimentos de las naciones más pobres. El 70 por ciento de los países en desarrollo son ahora importadores netos de alimentos. Sus habitantes viven el asesinato silencioso en masa de esta guerra no declarada.

Aunque los springbreakers del libre comercio, como Robert Zoellick, presidente del Banco Mundial, insisten en que para superar la crisis hay que hacer más de lo mismo, esto es, liberalizar los mercados, desregular la economía, desarrollar nueva tecnología y dar ayuda alimentaria, el modelo de agricultura industrial y ventajas comparativas comienza a cuartearse. Los estados se han decidido a intervenir en la economía.

Según Economist Intelligence Unit (La Jornada, 29/4/08), “de 58 países cuyas reacciones son seguidas por el Banco Mundial, 48 han impuesto controles, subsidios al consumidor, restricciones a la exportación o aranceles inferiores”. Malawi ha desafiado con éxito el Consenso de Washington y se ha convertido en exportador de granos.

A finales de febrero el presidente Evo Morales aprobó un decreto que prohíbe temporalmente la exportación de varios alimentos, como carne de res y arroz, debido a la escasez en el mercado. La medida también afecta al trigo, el maíz, el azúcar y los aceites comestibles, que Bolivia exportaba a naciones vecinas, cuya carestía en el mercado local disparó los precios. Según el mandatario boliviano, “en la vivencia familiar, cuando sobran nuestros productos, tenemos todo el derecho a vender y exportar; si faltan, estamos en la obligación de garantizar la alimentación familiar”.

Quince países latinoamericanos acordaron en la Cumbre sobre Soberanía y Seguridad Alimentaria declarar la emergencia. Nicolás Maduro, canciller venezolano, propuso crear un “fondo agrícola-petrolero” y un banco latinoamericano de productos agropecuarios. Los gobiernos centroamericanos están desembolsando dinero en efectivo, dando fertilizantes y semillas mejoradas, comprando granos a los campesinos para evitar que los altos precios terminen hundiendo en la miseria a millones de personas.

India ha prohibido que arroz, trigo, garbanzos, papas, caucho y aceite de soya coticen en el mercado de futuros. Rusia ha congelado precios de leche, huevos, aceite y pan. El gobierno chileno entregará un bono equivalente a unos 45.5 dólares a un millón 400 mil familias pobres. Indonesia ha triplicado sus subsidios a los alimentos.

La superficie agrícola llegó, en lo esencial, a su límite. El modelo de revolución verde de los 60 ha alcanzado un tope. Entre los 70 y 90, los rendimientos agrícolas crecieron a un ritmo de 2.2 por ciento al año. Sin embargo, ahora aumentan a una tasa de uno por ciento anual. No hay tierra agrícola suficiente para producir simultáneamente granos para la alimentación humana y para “dar de comer” a los automóviles. Es falso que transgénicos vayan a resolver esa crisis; por el contrario, la agravarán.

Para los pobres del mundo, las noticias no son buenas. El futuro inmediato será de penuria alimentaria y altos precios. No hay perspectiva de comida barata.

El asesinato silencioso en masa que viven hoy las naciones no desarrolladas y sus pueblos debe ser detenido. Ello sólo será posible cambiando drásticamente el actual sistema agroalimentario. La solución al problema está en manos de 450 millones de campesinos minifundistas, a los que, por todos los medios, se ha tratado de expulsar de sus parcelas. Tres cuartas partes de los pobres del mundo sobreviven de la agricultura, y 95 por ciento de los campesinos habitan en países pobres. Es a ellos a quienes debe apoyarse.

También deben impulsarse políticas públicas que defiendan la soberanía alimentaria de las naciones. Cuando sea necesario, los gobiernos deben tener el derecho a cerrar sus fronteras para defender su producción interna, a apoyar a sus productores con los estímulos que consideren convenientes. Hoy, más que nunca, la agricultura debe estar fuera de la Organización Mundial del Comercio.

Como lo saben quienes han vivido guerras, la mayor debilidad de una nación es depender de otras para alimentar a sus ciudadanos. La comida más cara es la que no se tiene.

 

Tomado de: www.jornada.unam.mx

 

 

 

Crisis alimentaria: ganancias para buitres

Crisis alimentaria: ganancias para buitres

Por Alejandro Nadal

 

El mundo vive una crisis inédita: los precios de todos los alimentos básicos y en especial de los tres principales cultivos en el mundo: maíz, arroz y trigo, se han duplicado en los últimos 20 meses. Lo mismo sucedió con los costos de aceites comestibles, frutas y verduras. Las consecuencias son devastadoras para los 3 mil millones de pobres (la mitad de la población mundial) que viven con dos dólares diarios y que hoy gastan 80 por ciento de su ingreso en alimentos.

Los medios de comunicación explican la crisis por algunas sequías, la demanda en China e India, y el desvío de tierras para agrocombustibles. Con estas “explicaciones”, los promotores del modelo agropecuario neoliberal aprovechan la coyuntura para impulsar políticas que son más de lo mismo: más apertura comercial y mayor difusión a las nuevas tecnologías (como los transgénicos). Por eso Robert Zoellick propone que ahora sí hay que relanzar la Ronda de Doha, y Pascal Lamy, director de la Organización Mundial de Comercio (OMC), afirma que sólo la Ronda de Doha puede estabilizar la situación actual. Los brujos del libre comercio han hablado.

Pero la realidad es terca frente a la brujería. Hoy sabemos que la oferta sigue siendo superior a la demanda de alimentos: desde 1961 la producción mundial de cereales se triplicó, mientras que la población se duplicó. Y en 2007 la producción mundial de cereales superó los 2 mil 300 millones de toneladas (un crecimiento de 4 por ciento en relación con el año anterior). Entonces, ¿por qué el aumento de precios?

Esta crisis es resultado de tres décadas de políticas equivocadas para el sector agrícola a escala mundial. Esas políticas erosionaron la capacidad productiva de millones de campesinos y productores independientes en el mundo, con un altísimo costo ambiental que pagarán las generaciones futuras. También dislocaron las redes de comercialización mundial y socavaron la soberanía alimentaria de familias y comunidades rurales en todo el planeta.

La apertura comercial permitió a los países ricos inundar los mercados de las naciones pobres con sus productos agrícolas, altamente subsidiados y a precios artificialmente bajos. También abrió el mercado de tierras y permitió su concentración en pocas manos. Al mismo tiempo, se retiró el apoyo gubernamental al campesinado en un contexto de política macroeconómica dictado por el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial.

La soberanía alimentaria se abandonó como objetivo y se impulsó la concentración de poder económico en manos de unos cuantos jugadores. El resultado fue que los productores locales sufrieron un ataque con fuego cruzado y los beneficiarios fueron los grandes consorcios comercializadores y procesadores de granos y aceites a escala planetaria. La concentración de poder en unos cuantos grupos corporativos gigantes ha propiciado la especulación, así como la manipulación de inventarios y precios. Eso explica los recientes aumentos en las ganancias de Cargill (86 por ciento en el primer trimestre de 2008), ADM (67 por ciento en 2007), Monsanto (44 por ciento), Bunge (49 por ciento en 2007) y Syngenta (28 por ciento en 2007). Mientras los pobres del mundo gimen adoloridos, los buitres afilan sus garras.

La OMC jamás quiso ocuparse de esto. Frente al uso regular de prácticas desleales de comercio, ese organismo debió haber impulsado un acuerdo mundial para contrarrestar los efectos nocivos de la concentración de poder de mercado. En lugar de hacerlo, simplemente desvió la mirada hacia la tierra prometida de los beneficios ilusorios de la apertura comercial.

La crisis revela que el modelo agropecuario neoliberal está en bancarrota. La alternativa está en una agricultura social y ambientalmente responsable. Las organizaciones civiles (comenzando con Vía Campesina) lo saben. La tecnología de esta producción sustentable está disponible y el abanico de políticas económicas alternativas es conocido. Los que no están listos son los gobiernos y sus funcionarios entregados a las grandes corporaciones.

 

 

tomado de: www.jornada.unam.com.mx